SEMBRADOS EN LA TIERRA...
(TORTURADOS Y DESAPARECIDOS DE ÑEEMBUCÚ)
Edición al cuidado del autor
Mauricio Acosta : imacostajim@gmail.com
Diseño de tapa y diagramación: KARINA PALLEROS
Fotos: MAURICIO ACOSTA
Impreso en:
AGR Servicios Gráficos SA
Asunción-Paraguay, 2011
Bicentenario de la Independencia
© Mauricio Acosta, 2011
Pilar - Ñeembucú - Paraguay
ISBN 978-99953-2-371- 4
Quedan reservados todos los derechos. La presente publicación no podrá ser reproducida íntegra o parcialmente, ni archivada o transmitida por ningún medio (ya sea impreso, electrónico, mecánico, fotocopiado, grabado o de otro tipo), sin la autorización previa del autor.
PRÓLOGO
Mucho se ha escrito sobre el lúgubre período vivido en los años de la dictadura, pero nunca será suficiente para mantener viva la memoria y, sobre todo, para que las nuevas generaciones reciban de manera directa el testimonio de quienes padecieron sufrimientos bajo su dominio de casi 35 años.
Mauricio Acosta, reconocido periodista y docente pilarense, ha tomado sobre sus hombros la misión de narrar la historia de las persecuciones que debieron soportar los ñeembuqueños con lo cual, rinde tributo a sus compueblanos en este Bicentenario, y muestra cómo las garras del régimen de terror del stronismo se extendieron por todo el territorio nacional y, aún más, según lo confirman las investigaciones, rebasaron sus fronteras para volverse un tenebroso proyecto regional con el Plan Cóndor.
En un contexto histórico ya narrado por varios estudiosos y documentos editados, Mauricio va instalando sus aportes consistentes en un doloroso relevamiento fragmentario de casos que afectaron a pobladores de Pilar y de todo el departamento de Ñeembucú y que, como reportajes personales o recopilación testimonial verbal o escrita de allegados y familiares, van sembrando el territorio literario de hitos simbólicos así como, en su momento, fueron cruces "sembradas en la tierra" de los tantos mártires que cayeron bajo la guadaña criminal de los sicarios del régimen.
Pilar y Ñeembucú no se salvaron de ese sino trágico. Acosta rememora el caso de los hermanos Ramírez Villalba que, con el eufemismo de "desaparecidos", son algunos de los caídos de una larga nómina de la cual se rescatan solo contados casos ya que la "desaparición" fue una categoría del aparato represivo para atenuar su productiva labor funeraria. Desaparecían los que ya no volvían de las prisiones, de las cámaras de tortura, del doloroso exilio y, quizás, de los propios archivos del terror que hasta hoy no ha podido incluir la totalidad de los documentos ocultos, y acaso también desaparecidos, del otro aparato, el militar.
Estas publicaciones que van surgiendo, como las luces que menciona la canción en la que Mauricio se inspira para titular su libro, deberían ayudar a completar ese terrible rompecabezas que todavía debe ser armado con todas las piezas faltantes: la nómina completa de los muertos y desaparecidos, la de los expulsados del país, los arrojados a la selva y al río Paraná desde aviones, los guerrilleros que no llegaron al destino que buscaban, los que en las prisiones vivieron como en las catacumbas, las mujeres que allí dieron a luz a hijos del terror, los que lograron ocultarse y encubrirse para sobrevivir y seguir resistiendo desde las sombras, los que se armaron o sin armas vivieron en los laberintos de la clandestinidad o del exilio, en fin, todos, hombres y mujeres, que mantuvieron encendidas sus antorchas libertarias.
Al conmemorarse los doscientos años de Independencia patria, este libro es un homenaje a ella y a los que la fueron construyendo desde 1811 con sangre, sudor y lágrimas, viviendo y muriendo, pero siempre resucitando porque todos ellos y ellas, hombres y mujeres, "están aquí donde ya no podrán morir".
Están aquí con sus voces que narran lo que sufrieron y que el autor recoge con unción, manteniendo fiel el relato a lo que sus mismos protagonistas le entregan sintiendo todavía en su piel y en sus carnes el estremecimiento y los dolores de esas experiencias inolvidables.
Y esa es la palabra: inolvidable. Como inolvidable debe ser para la sociedad paraguaya todo lo ocurrido entre 1954 y 1989, como inolvidables son todavía todos los hitos que jalonan nuestra historia desde 1811 y que hicieron posible que hoy tuviéramos una patria libre.
Este libro es un oportuno homenaje a la valiente resistencia de los hombres y mujeres de Ñeembucú y de Pilar, es un aporte testimonial más de las luchas contra la dictadura de Stroessner y es un digno acto conmemorativo a las jornadas que vivió el pueblo paraguayo desde su Independencia hace 200 años, hasta la conquista final de la democracia y el estado de derecho que hoy nos permiten ser libres.
HUGO ODDONE
Febrero, 2011
INTRODUCCIÓN
Hace tiempo llevaba madurando la idea de escribir un libro. El tema era incierto.
Entre las tantas personas que me tocó entrevistar, en los largos años de mi trabajo como comunicador, se encontraban algunas personas que habían sido víctimas de la represión stronista en Ñeembucú.
En mayo de 2007 conocí al Señor Alcides Rivas Rivas, quien fuera apresado el 10 de mayo de 1976 y liberado a fines de 1977. Al poco tiempo de ese encuentro lo entrevisté y guardé la grabación, esperando un momento oportuno para difundir tan dolorosa experiencia.
Fue el primer eslabón de una cadena formada por el testimonio de muchas personas que, en nuestro departamento de Ñeembucú, sufrieron o viven aún las secuelas de haber sido víctimas del régimen dictatorial de Alfredo Stroessner, una historia poco conocida y menos difundida hasta ahora. Me di cuenta de que esa tragedia de nuestros conciudadanos podría ser el tema para este trabajo, y comencé a prepararlo con entusiasmo.
La consulta de una importante bibliografía sobre la dictadura fue necesaria para poner el material preparado dentro de su correspondiente contexto, el marco necesario que permitiera interpretar, de manera adecuada, la nefasta época llena de ingenuidades, terror y también de sueños, que vivieron muchos compatriotas en busca de la libertad.
Así, aparecen las imágenes de la Dictadura, del Plan Cóndor, de los Archivos del Terror, un planteamiento del papel de la Iglesia en esa época, de la complicidad de las autoridades y ciudadanos para imponer el Terrorismo de Estado, que consiste en el empleo de todas sus estructuras con métodos destinados a inducir el miedo dentro de la población, para su dominio y explotación.
El Terrorismo de Estado se define precisamente como un régimen de dominación política sustentado en la diseminación del terror en el conjunto social. Se caracteriza por una política represiva criminal de carácter sistemático y masivo implementada por las propias estructuras estatales. El establecimiento de una política de violación a los derechos humanos en forma sistemática.
De esta manera, el Estado Paraguayo, en lugar de velar por la seguridad de las personas, en tiempos de la dictadura, se convirtió en una maquinaria del terror, difundiendo sus prácticas más crueles y aberrantes para generalizar el miedo y asegurar la dominación. Así, se han producido las violaciones más graves a los derechos humanos, en una expresión siniestra del poder.
Fue un período de total desconocimiento del derecho a la vida y de la libertad personal. El "no te metas" fue el mensaje amenazante que se extendió por toda la nación.
Centenares de personas que lucharon por la democracia de nuestro país fueron detenidas, torturadas, mutiladas, asesinadas, desaparecidas. Los pilarenses y ñeembuqueños formaron parte de la legión de víctimas de ese calvario. Mi compromiso fue recoger y difundir el testimonio directo de algunos sobrevivientes, o el de sus familiares cuando ya ellos no podían hacerlo personalmente, porque sus vidas quedaron tronchadas en el camino.
Uno de los casos emblemáticos de persecución y victimización a pobladores de nuestra zona lo constituyen los hermanos Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba, detenidos en 1974. Durante dos años soportaron el tormento al que les sometieron los policías de la dictadura. Sus restos no han sido encontrados hasta ahora y ellos figuran en la larga lista de "desaparecidos".
Las entrevistas hechas para este libro a algunas de las víctimas que sobrevivieron, se constituyen en desgarradores relatos del terror a que fueron sometidas, tanto en la Delegación de Gobierno de Ñeembucú como en las dependencias policiales de la Capital. He decidido incluir al final un anexo con la lista de los "delegados de gobierno", bajo cuya autoridad de aquellos años ocurrieron estos desmanes contra nuestros compueblanos.
Son datos reveladores que cuentan los que quedan, y a su modo, sobre las prácticas de terror de los personajes responsables y ejecutores de los hechos de persecuciones y torturas a personas detenidas repetidamente con el objetivo de atemorizar para silenciar a la gente y obligarlas a la inacción. Algunas de las artimañas empleadas por la dictadura para mantener el sistema opresor, fueron precisamente las denuncias por supuestas conspiraciones contra el "gobierno democrático".
Bastaba la intriga de los pyragüés o la enemistad de algún vecino, para ser delatado como "contrera". Muchos de los caídos fueron víctimas inocentes. Otros muchos fueron luchadores que resistieron pacíficamente a la opresión. O fueron combatientes que decidieron jugar sus vidas por una causa que consideraron noble.
En cualquiera de los casos, la persecución afectaba a educadores, sindicalistas, funcionarios públicos, estudiantes, artistas, catequistas, campesinos: todos por igual fueron perseguidos por la atroz dictadura si había algún indicio de que se trataba de "elementos peligrosos" para la estabilidad del régimen. Las interminables citaciones agobiaban a detenidos y familiares.
Algunos se preguntarán ¿Para qué remover el pasado?
La Comisión Verdad y Justicia, creada por ley 2225 del año 2003, reunió abundante información basada en el testimonio de miles de víctimas directas de la dictadura y en el acceso que tuvo a documentaciones judiciales y policiales, archivos militares y de los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Educación y Cultura.
En su informe final, hace recomendaciones para la adopción de medidas destinadas a fortalecer los derechos humanos y ofrecer satisfacción a víctimas y familiares, evitando la repetición de los atropellos cometidos por el dictador Stroessner.
Una recomendación importante tiene que ver con la responsabilidad de mantener viva la memoria de los crímenes de la dictadura, época en la que el Estado paraguayo fue convertido en una máquina criminal de tortura y muerte de nacionales y extranjeros.
Esa responsabilidad es reclamada a diferentes actores sociales, como los educadores, estudiantes, trabajadores del ámbito privado y público, y en verdad a todos quienes quieran tomar la posta para evitar el olvido pretendido por los represores y sus cómplices.
No se puede dejar de atender la recomendación de esta Comisión para hacer posible la revelación pública y completa de la verdad, en la medida en que esa revelación no provoque más daños o amenace la seguridad y los intereses de las víctimas, de sus familiares, de los testigos o de personas que han intervenido para ayudar a las víctimas o impedir que se produzcan nuevas violaciones.
Como un logro importante de esta Comisión se menciona el acuerdo suscrito con el Ministerio de Educación y Cultura para la incorporación de la historia de la dictadura, como un área temática en el sistema educativo nacional.
Según este acuerdo el texto a utilizar en el último curso del Bachillerato de la Educación Media lleva el nombre de "El autoritarismo en la Historia Reciente del Paraguay", proponiéndose un análisis sobre la dictadura de Alfredo Stroessner y la participación ciudadana en la construcción de una sociedad más democrática y solidaria. Desconozco la implementación de este acuerdo.
"Mantener la memoria histórica del pueblo, como un medio educativo permanente, para una humanización de la sociedad".
Este libro es una pequeña contribución a la memoria colectiva de los habitantes del Ñeembucú, como un homenaje a las víctimas de la represión. Recordar que quedan pendientes las disculpas públicas, el reconocimiento de los hechos, la aceptación de las responsabilidades, y conmemoraciones y honores a las víctimas.
Con el cantautor paraguayo Alberto Rodas, podemos preguntarnos "¿Dónde están los desaparecidos?", ¿dónde están y qué ha pasado con los compueblanos y conciudadanos sobrevivientes, que fueron también víctimas de la dictadura en Ñeembucú?
Y con el mismo cantautor podemos responder: "Están aquí, donde ya no podrán morir, están sembrados en la tierra y.... son estrellas que en la noche hacen latir, la luz del pueblo".
El autor
En el año Bicentenario de la Independencia del Paraguay
Febrero 2011
I
PAZ Y PROGRESO:
LA DICTADURA DE ALFREDO STROESSNER
SU ASCENSO, PRÁCTICAS REPRESIVAS Y SU CAÍDA
Desde sus inicios con un golpe de Estado, en 1954, y a lo largo de sus diferentes etapas, Stroessner impuso un régimen sanguinario persiguiendo y enviando al exilio a miles de compatriotas pertenecientes sectores de la oposición y del propio Partido Colorado democrático.
Impuso prácticas feroces para eliminar a quienes deseaban, exigían o luchaban por un cambio político y la instauración de la democracia en el Paraguay. Con respaldo de los Estados Unidos y apoyado en la coyuntura internacional de la guerra fría, Stroessner formó el cuadro represivo más sistemático de la historia paraguaya. Este régimen alcanza su plenitud en la década del 60.
Para someter al pueblo, montó una maligna organización político-militar-policial, que manejaba los hilos del terror represivo, con los verdugos Duarte Vera, Edgar L. Insfrán (primer Ministro del Interior del régimen), Alberto Planás, Antonio Campos Alúm, Pastor Coronel (último Jefe de Investigaciones), Alberto Cantero, Camilo Almada Morel (alias Sapriza), Lucilo Benítez, Juan Martínez, Patricio Colmán (Comandante del Regimiento de Infantería 14), Francisco Alcibíades Brítez Borges (Jefe de Policía), Julián Ruíz Paredes, Alberto Belotto, Sabino Augusto Montanaro (el último Ministro del Interior), los ministros de Educación Raúl Peña y Bernardino Gorostiaga, entre otros monstruos del stronismo.
Así como se dieron largas listas de las personas que fueron detenidas, torturadas, asesinadas y desaparecidas, también se repiten las listas de los torturadores, todas ellas encabezadas por el General Alfredo Stroessner, asegurándose que él mismo asistía a las sesiones de torturas de sus enemigos políticos. Numerosas publicaciones dadas a conocer en plena dictadura y tras su derrocamiento, transcriben los crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno de Stroessner.
Trascendieron los numerosos casos fatales, cuya existencia negaron hasta último momento los policías y militares represores, hasta tal punto de afirmar ante los jueces que los procesaban de que en el Paraguay todos los derechos humanos eran respetados.
Sabino Augusto Montanaro, ministro del Interior desde 1967 hasta el 3 de febrero de 1989, fue uno de los principales ejecutores de la represión y persecución ejercida por la dictadura que duró 35 años. En este período, cerca de 400 personas desaparecieron y unas 18.000 sufrieron torturas, según datos de la comisión de Verdad y Justicia. Montanaro, exiliado en 1989, tras el golpe, vuelve al Paraguay en mayo de 2009 amparándose en su larga edad y su estado de salud, privilegios que nunca respetó en sus víctimas.
El regreso al país del ex ministro del Interior de la dictadura tuvo gran repercusión, denunciándose además un intento de la policía de protegerlo tras su arribo a Asunción.
"El retorno de un tenebroso represor", titula un artículo publicado por el diario Ultima Hora, con la firma de la periodista Brigitte Colmán, el 2 de mayo de 2009. Señala que en el lugar donde estaba siendo atendido por razones de salud, "todos los desaparecidos, a cuyos huesos les fue negada una cruz con su nombre, un aniversario y un sitio para llevarles flores, se darán cita, para atormentar a quien un día tuvo sus vidas en sus manos".
"En aquella sala del hospital, Sabino Augusto Montanaro, si el Parkinson lo permite, debe estar peleando contra sus propios recuerdos, esa especie de archivo del horror".
Para la periodista Brigitte Colmán, en Montanaro "se encarnan las peores atrocidades cometidas en contra de los derechos humanos durante el régimen que gobernó el Paraguay durante 35 años" señalando el extraordinario poder que tenía, porque "nada sucedía sin que él lo supiera, y nada sucedía si él no lo ordenaba". A Montanaro llegaban los informes de los pyragües, de los delatores, de los policías de todo el país. "Era el número dos. Siempre detrás de Stroessner, se parecía bastante a éste, en su mediocridad y brutalidad".
Montanaro está acusado de crímenes de lesa humanidad, por atentados contra los derechos humanos. Es responsable de prácticas de torturas y desapariciones forzadas, en la ejecución de la "Operación Cóndor", el plan de represión impuesto por los gobiernos militares de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
Bajo el sub título de La Memoria, la periodista señala que lo sucedido en Misiones en 1976, retrata "la maldad de Sabino Augusto Montanaro", cuando la dictadura desató una de las más salvajes represiones en contra de las Ligas Agrarias. Cientos de campesinos fueron detenidos y torturados en el cuartel de Abrahám Cué, en plena ciudad de San Juan Bautista.
"Pero no todos llegaron hasta ahí. Como Silvano Ortellado Flores, quien fue detenido en su casa, atado a un árbol y torturado frente a su familia. Finalmente lo asesinaron con un corte en el cuello". Los cuerpos de los campesinos muertos en la represión de Misiones nunca fueron encontrados.
"Por eso, concluye el artículo, sus espectros visitarán uno a uno, a Sabino Augusto Montanaro, celebrando quizás, el final de la impunidad".
PARAGUAY: "LA CÁRCEL OLVIDADA"
En su libro "PARAGUAY: LA CÁRCEL OLVIDADA", MARTÍN ALMADA, una de las víctimas del stronismo, recuerda: "En el año 1976, y debido a la gran cantidad de presos que ya no cabían en las comisarías de Asunción, se destinó a cárcel de presos políticos el penal de Emboscada. Allí se depositaron casi todos los presos políticos que en aquel tiempo estaban recluidos en las comisarías, unos cuatrocientos. Se encontraron en aquel lugar algunos detenidos que llevaban más de veinte años en comisarías, con los que hacía unos meses habían sido apresados" (pág. 328).
Y agrega que entre los presos en Emboscada "se encontraban niños, ancianos, enfermos, mujeres embarazadas, sin distinción de nacionalidad ni credo religioso o político"; incluyendo la pequeña Matilde Bobadilla de 4 años (pág. 83). Además, "el ambiente de Emboscada era de perpetuo miedo, sobre todo cuando aparecía la camioneta celular roja" y con guerra psicológica permanente de qué del mencionado lugar nadie podría escapar.
Sin embargo, no todos fueron trasladados a Emboscada. El capitán Napoleón Ortigoza y el Sargento Ovando continuaron en la central de Policía. También hubo presos políticos en reparticiones militares en diversas épocas, otros ya fueron "desaparecidos".
PERSECUCIÓN A ORGANIZACIONES CAMPESINAS Y SINDICALES.
"En la década del 80 se agrava la problemática de la tierra. A las ocupaciones de tierra se suceden violentos desalojos, destrucción de viviendas e inclusive el asesinato de campesinos pobres. Los campesinos se reorganizan en los años 80, pero sus dirigentes deben enfrentar constantes persecuciones..." (pág. 279).
También fue intensa la persecución a las organizaciones sindicales. Las fuerzas gubernamentales las reprimieron, obstaculizaron la formación y consolidación de los sindicatos.
Pese a la represión, seguían los actos de protesta y de reclamo por libertades ciudadanas. "...Por primera vez en 28 años los trabajadores organizaron una manifestación en su día. No asistieron solamente sindicalistas, sino también políticos de oposición, activistas estudiantiles, intelectuales, dirigentes campesinos, etc.".
Lo que vivía el Paraguay en tiempos de la dictadura, era prácticamente desconocido o tolerado en el extranjero. El mismo sistema, además, regía en las naciones vecinas y en otras de América, con pleno respaldo de los Estados Unidos.
Dentro mismo del Paraguay, había un control estricto de los medios de comunicación para evitar que trascendieran los abusos contra los derechos humanos. Esto, mediante acciones de censura, de amenazas a los periodistas y cierres de los diarios y radios que no se alinearan a los dictados del régimen.
Algunas agencias noticiosas extranjeras, transmitían las mismas informaciones oficiales, porque sus representantes eran miembros del aparato gubernativo. El caso más renombrado es el de Alejandro Cáceres Almada, jefe de la sucursal en el Paraguay de la agencia española EFE, siendo Director de la Secretaría de Informaciones de la Presidencia de la República y Director de Radio Nacional del Paraguay, emisora estatal.
Para el gobierno de Stroessner, todo adversario, ya sea político, social, sindical, cultural, contrario a la dictadura, era considerado comunista, o elemento útil del comunismo internacional. Y en nombre de la paz, justificó la violencia y la represión que se mantuvo vigente durante 35 años.
INDÍGENAS: TAMBIÉN VÍCTIMAS DE LA DICTADURA
Documentos redactados por la Organización de las Naciones Unidas indican que hubo genocidio contra los pueblos indígenas durante la dictadura. Estos informes fueron publicados recientemente por la Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay, en el libro "La situación de los derechos humanos del Paraguay 1978-1990: el procedimiento confidencial 1503 de ONU"
Uno de los pueblos indígenas más afectados fue la parcialidad ACHE.
Alejandro Valencia, redactor del informe, señala que se quiso destruir a los indígenas del mencionado grupo étnico.
Esta Comisión también ha lanzado un programa denominado "LA VOZ DE LA MEMORIA". Tiene por objetivo difundir, principalmente entre los jóvenes de todo el país, los testimonios de las víctimas de la dictadura que ha recogido en sus investigaciones.
NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS:
SE ACHICA ESPACIO DE LEGITIMACIÓN DE LA DICTADURA
La dictadura de Alfredo Stroessner fue desgastándose por diversos motivos, situación que analizan numerosos autores; algunos, inclusive anticiparon su fin antes de los hechos de 1989.
En el libro "El Precio de la Paz", (José M. Blanch S.J. y autores varios 1991) en la sección "Decadencia de la dictadura" (1991), se afirma que "lenta pero progresivamente, desde 1978 en adelante la dictadura del Gral. Stroessner va perdiendo aliados y argumentos que hacían a su legitimidad" (pág. 227).
Primero se retiran del Parlamento los partidos de oposición, quedando solamente las fracciones colaboracionistas. Después pierde el apoyo norteamericano. Con la conformación del Acuerdo Nacional, la oposición política civilista y democrática recupera espacio y reconocimiento nacional e internacional. Y con la democratización de Argentina, Brasil y Uruguay ya no puede contar con aliados absolutos en la región.
El Partido Revolucionario Febrerista ya no se presenta para las elecciones de 1973 y la constituyente del vitaliciado de 1977 se realiza solo con los candidatos del Partido Colorado.
En 1978, el Partido Liberal Radical se divide y el sector mayoritario pasa a formar parte del Partido Liberal Radical Auténtico. Al año siguiente, en 1979, se crea el Acuerdo Nacional integrado por el Partido Revolucionario Febrerista, el Partido Liberal Radical Auténtico, el Partido Demócrata Cristiano y el Movimiento Popular Colorado MOPOCO.
Este conglomerado obtiene muy pronto reconocimiento nacional e internacional, como representante de la oposición política paraguaya a la dictadura. Por varios años sus dirigentes fueron controlados y reprimidos por la policía stronista, en forma sistemática.
Debido a los cambios producidos en los demás países de la región, con la caída de las dictaduras militares reemplazadas por gobiernos democráticos, Stroessner modifica sus represiones violentas, con acciones solapadas. Pero las persecuciones contra las organizaciones obreras y campesinas no terminan.
La movilización ciudadana en la década del 70 y hasta mediados del 80, es incontenible y recibe la solidaridad internacional, lo que permite al mismo tiempo aumentar las presiones contra el régimen. Esto hace posible que se acorten los períodos de detención, que disminuyan las torturas y el poder judicial adquiera relevancia.
En la medida en que se va fortaleciendo la desobediencia civil se va perdiendo el miedo a la dictadura, especialmente desde el año 1986. En muchos lugares ya no se respetaba la prohibición policial a la realización de las reuniones partidarias.
Las huelgas de los funcionarios públicos estaban terminantemente prohibidas, no obstante, el país se solidariza con las realizadas por los médicos, enfermeras y funcionarios del Hospital de Clínicas de Asunción.
ASAMBLEAS DE LA CIVILIDAD
Otros acontecimientos marcaron la lucha por la democracia, como las llamadas "asambleas de la civilidad", convocadas inicialmente por el Partido Revolucionario Febrerista en 1987. Y la última gran movilización prohibida fue la "marcha por la vida" del 10 de diciembre de 1988, en el día internacional de los Derechos Humanos.
Las asambleas de la Civilidad eran reuniones pacíficas de ciudadanos, se realizaban en lugares públicos para plantear diversos temas de interés nacional.
La última realizada el 5 de septiembre de 1987 fue para protestar por la clausura del semanario El Pueblo, periódico oficial del febrerismo.
LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
Esta solidaridad se manifiesta con la acción de las Iglesias y de las Organizaciones No Gubernamentales dedicadas a la defensa de los derechos humanos. Se deja así de lado el largo período de aislamiento del país que había hecho posible la sistemática violación de los derechos humanos
De esta manera, el caso del Paraguay es introducido en la Organización de Estados Americanos (OEA) y en las Naciones Unidas (ONU), para fines de 1970 y principios de 1980.
LA REPRESIÓN CONTINÚA HASTA EL FINAL
En la década del 80, el gobierno de Stroessner ordena decenas de operaciones para tratar de contener las actividades de la oposición, de los grupos tratados como "irregulares".
Las detenciones se realizaron principalmente en reuniones, concentraciones, manifestaciones, que no estaban autorizadas por el gobierno. También por cualquier declaración pública contraria, por la pegatina de afiches o la pintura de paredes.
Entre los años 1986 y 1989, la mayor cantidad de detenidos era del Partido Liberal Radical Auténtico. Los dirigentes políticos eran apresados antes de los actos programados, buscando impedir su realización y atemorizar a sus seguidores. Sin embargo, se incrementó la protesta ciudadana en todo el país.
LA CRISIS LLEGA AL PODER
Desde 1984 todo parece encaminarse al rompimiento de los soportes de la estructura ANR-Gobierno-FFAA. Primero, desde el sostén político, para abarcar posteriormente sus otros componentes.
LA ANR SE DIVIDE
El Partido Colorado comienza a resquebrajarse, hecho que contribuye también al debilitamiento del gobierno. Sus conflictos internos iniciados en 1984, cobraron fuerza en el año 1987, cuando ocurre su división. Se fortalecieron los "militantes combatientes stronistas" y derrotaron a los llamados "tradicionalistas", adueñándose finalmente de la ANR.
CAE STROESSNER
El movimiento liderado por el General Andrés Rodríguez, consuegro de Stroessner, pone término a la más larga dictadura de la historia del Paraguay, con el golpe de Estado del 2 de febrero de 1989. En la madrugada del 3 de febrero, la patria es despertada por un nuevo grito de libertad.
CONCLUSIÓN
Si bien cayó Stroessner, el sistema de corrupción por él creado se mantiene en diversas esferas pese al paso del tiempo. La sangre de los paraguayos sigue envenenada por el stronismo, el antídoto de la democracia es aún insuficiente. El sistema educativo continúa mostrando al período de la dictadura como "etapa de progreso", soslayando la terrible represión a la que fue sometido el pueblo paraguayo durante 35 años de régimen de terror respaldado por las otras dictaduras latinoamericanas y los Estados Unidos de América (Operativo CONDOR).
III
LOS ARCHIVOS DEL TERROR: HERENCIA DE LAS
DICTADURAS MILITARES DE AMÉRICA
Salen a la luz archivos policiales y militares de la dictadura. El Archivo del horror como Centro de Investigación.
El 22 de diciembre de 1992, gracias a la tenaz búsqueda de Martín Almada se descubrieron tres toneladas de documentos en una comisaría de policía del Paraguay. Se trataba de los archivos de la Operación Cóndor, que muestran los crímenes perpetrados en los años setenta y ochenta por seis dictaduras del Cono Sur de América Latina.
El 26 de marzo de 1993 por Resolución No. 81 la Corte Suprema de Justicia crea el "CENTRO DE DOCUMENTACION Y ARCHIVO PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS" el cual según la citada resolución está "destinado a la preservación de los documentos y su contenido, en vista al valor jurídico, procesal e histórico mediante la aplicación de procedimientos modernos de control y manejo automatizado".
La amplitud del tiempo histórico que está contenido en el Centro permite encontrar una inmensidad de temas de investigación. Un gran número de investigadores paraguayos y extranjeros ha presentado tesis doctorales, ha publicado libros y realizado documentales históricos sobre los casos y la documentación existente.
Básicamente el Archivo del Horror o Archivo del Terror, puede dividirse en dos partes, el llamado archivo Pre-Stronista con documentos que datan de la década del 30, y el Archivo Stronista propiamente dicho, que abarca el período comprendido entre 1954 y 1989.
La denominada época stronista ha dejado huellas profundas en la memoria popular por los graves atropellos a la dignidad humana y ha manchado de sangre un pedazo de la historia de nuestro país, clavando dolorosamente un destino de terror y sumisión del que será difícil desprendernos.
El hallazgo de los archivos de la policía stronista en 1992 significó un gran aporte de pruebas a los procesos iniciados contra los personajes comprometidos con el régimen anterior, y apoyó los numerosos testimonios de las víctimas de torturas, de sus familiares y desmintió a importantes funcionarios policiales que negaban las acusaciones.
Estos archivos permiten comprobar las atrocidades realizadas en épocas pasadas y al mismo tiempo serán un recordatorio de quienes sacrificaron en todo sentido sus vidas por darnos alguna vez un país mejor.
La documentación que guarda el mencionado Centro proviene de grandes operativos de rescate, la misma comprueba fehacientemente que el Paraguay poseía un "Sistema de Represión" con una Policía y un Ejército altamente capacitados y entrenados en ese sentido.
La primera gran partida de legajos, prontuarios y declaraciones de torturados había sido recuperada el 22 de diciembre de 1992 del Departamento de Producciones de la Policía en Lambaré. Posteriormente fueron incautadas otras partidas de documentos de la Técnica, el Departamento Judicial de la Policía, el Archivo policial y comisarías de capital e interior del país.
El hallazgo se produjo gracias al trabajo de Martín Almada, ex preso político, quien aparte de investigaciones personales había interpuesto una acción de Hábeas Data ante la Justicia. La acción jurisdiccional estuvo a cargo de los magistrados José Agustín Fernández y Luis María Benítez Riera.
Los documentos permitieron el impulso de numerosas querellas por crimen de lesa humanidad en tribunales locales e internacionales, posibilitando el primer fallo firme de mayor pena contra represores en Latinoamérica, con el expediente del asesinado dirigente Mario Schaerer Prono. Y también por primera vez se probó documentadamente la existencia del Operativo Cóndor.
El 15 de enero de 1993, el juez del crimen Nelson Mora, decreta la prisión preventiva de Alfredo Stroessner, en el juicio caratulado "Secuestro, privación ilegal de libertad, abuso de autoridad, tortura y doble homicidio" a raíz del caso que afectaba a los hermanos Ramírez Villalba, desaparecidos en 1976.
Los documentos surgidos del archivo permitían que el juez Mora afirmara en su resolución que: "... Stroessner estaba enterado de los más mínimos acontecimientos que ocurrían en el país".
En el Archivo del Horror existen más de 700 mil documentos, 23 mil nombres de personas hasta hoy catalogadas y 300 siglas de organizaciones reprimidas. En él se han originado más de dos decenas de libros, monografías y papeles de investigación.
El material, ahora recolectado y organizado en una habitación especial en el octavo piso del Palacio de Justicia de Asunción, ha ofrecido recursos a miles de víctimas, sus familiares, activistas de derechos humanos y académicos que estudian los años de represión de los regímenes militares de América del Sur.
Los documentos, divididos en carpetas rojas y grises, incluyen reportes de los informantes de la policía, interrogatorios con los arrestados y -lo más siniestro- detalles sobre la transferencia de arrestados a fuerzas policiales de los amistosos vecinos regímenes militares como los de Argentina y Chile. Éstos últimos quizás son los que tienen más relevancia histórica, ya que prueban la existencia de la Operación Cóndor, la famosa colaboración entre los regímenes sudamericanos para reprimir, torturar y asesinar oponentes.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos, junto con el gobierno de Paraguay, presentaron a la UNESCO una solicitud para que ese fondo documental fuese inscripto en el Registro "Memoria del Mundo". Con esta inscripción se protege el derecho de los pueblos a su identidad y memoria, porque proteger esta última contribuye a comprender el presente y construir el futuro.
DESENLACE DE LAS INVESTIGACIONES
La nueva Constitución democrática de junio de 1992 preveía el recurso de Hábeas Data. Martín Almada pidió entonces sus antecedentes al juez penal José Agustín Fernández. La Policía negó su existencia, ante lo cual solicitó un registro judicial del Archivo Central de la Policía, con eco en la prensa.
El luchador por los derechos humanos recuerda el llamado telefónico que recibió de una mujer, quien le informó que los documentos referidos a su persona estaban en una comisaría, en las afueras de Asunción, y no en el Archivo Central.
La citada mujer, según su versión, se presentó en su oficina con un plano del lugar donde se encontraba el archivo secreto de la policía stronista, a manera de colaboración con la justicia para consolidar la democracia. Tras revelar el hecho a un juez, se verifica el descubrimiento del Archivo del Horror, el 22 de diciembre de 1992, nada menos que tres toneladas de documentos.
Para Martín Almada, el allanamiento que hace posible el descubrimiento de los archivos policiales fue una verdadera "toma de la Bastilla paraguaya", para brindar justicia a los paraguayos y sus familias que sufrieron despiadadas persecuciones.
Fueron halladas montañas de papeles que documentan la era de persecución, el apresamiento, la tortura y la muerte de paraguayos y extranjeros. "Eran también los tiempos en que el doctor Luis María Argaña ignoraba la existencia de torturas y defendía al régimen en foros internacionales. Dolor, rabia y vergüenza produjo el hallazgo considerado como el segundo golpe contra el stronismo" (diario HOY, Asunción, 23 de diciembre de 1992).
OTRA VERSIÓN
Antonio Palazón Ibieta, también víctima de la dictadura, en su libro "Lágrimas y esperanzas. De Generaciones Postergadas" (2010), asegura que el Comisario Principal ISMAEL AGUILERA es el legítimo descubridor, el que dio aviso de la existencia del Archivo del Terror.
Aguilera, era Sub Director de Producciones de la Policía de la Capital. A su retorno de un comisionamiento en el interior del país, "se encontró con un hecho muy peculiar, su ex oficina estaba asegurada con grandes candados".
Como lo menciona Palazón, el Comisario Aguilera, tras las consultas se enteró del traslado que se hizo hasta el lugar de una gran cantidad de documentos, que una parte se quemó y otra se enterró en el patio. El jefe policial tomó finalmente la decisión de comunicar del hecho al diputado Francisco José de Vargas, siendo el comienzo del operativo que se montó para el gran hallazgo de los archivos policiales, denominados luego "El Archivo del Horror".
Palazón cuenta además que al Comisario Principal Ismael Aguilera no se le atribuyó este importante descubrimiento y su posterior denuncia. Sostiene que, por el contrario, fue castigado siendo llevado a una comisaría de Iturbe (Guairá) y un año después, dado de baja.
REVELACIÓN DEL COMISARIO AGUILERA
A 18 años del hallazgo del Archivo del Terror, el Comisario Principal retirado Ismael Aguilera habla sobre el tema en una entrevista publicada en la revista VIDA (Ultima Hora, sábado 18.diciembre.2010). Menciona que fue enviado a Yegros, a cargo de personal menos antiguo, "lo que él considera hoy un castigo, por haber entregado -a la comitiva judicial interviniente- las pruebas de la represión stronista".
"Pero no era el único "pecado" de Aguilera. Un día antes, este policía se reunió con Pancho de Vargas, entonces presidente de la Comisión Bicameral de Derechos Humanos y, bajo protección de fuente, le habló del archivo de Investigaciones, que estaba en el Departamento de Producciones, un sitio utilizado para la fabricación de todo tipo de materiales para la casa"(muebles, baldosas, herrería, hojalatería).
El Comisario Aguilera relata cómo se enteró de la existencia del archivo el 20 de diciembre de 1992, y la información que dio el 21 del mismo mes al legislador Pancho de Vargas. El 22 de diciembre, "Martín Almada se adelantó a Francisco de Vargas y llegó con el juez José Agustín Fernández. Ambos se hicieron dueños de todo".
Dijo también a VIDA que cuando "Martín Almada comenzó a sacar beneficios, y publicaba y publicaba cosas, me molestó eso", y se dispuso a aparecer como el verdadero denunciante de la existencia de los documentos policiales.
APARECEN MÁS DOCUMENTOS DE LA POLICÍA DE STROESSNER
ARCHIVO DEL TERROR 2
El segundo hallazgo de los archivos policiales de la dictadura se produjo en el sótano de un edificio que perteneció al ministerio del Interior, en pleno centro de Asunción. Esto arroja más elementos sobre el sistema represivo instalado en Paraguay entre los años 1954 y 1989. Fueron encontrados documentos de identidad, carpetas con fotografías y datos de personas.
El descubrimiento fue posible por la denuncia de un ex cadete militar que prestó servicios en las dependencias de la cartera cuando Stroessner aún gobernaba. Martín Almada informó que el denunciante era el encargado de llevar alimentos a personas detenidas en el sótano, lugar utilizado como cámara de tortura por quien fue Ministro del Interior, Sabino Augusto Montanaro. En esos sótanos eran sometidos a tormentos ciudadanos paraguayos, argentinos, brasileños, uruguayos y chilenos, víctimas del Plan Cóndor.
Unas 128.076 personas sufrieron las injusticias del régimen militar, 19.862 fueron detenidas arbitrariamente y 18.772 soportaron diversos tipos de torturas, según el informe de la Comisión Verdad y Justicia de Paraguay.
La comisión, creada para investigar las violaciones de los derechos humanos cometidas por agentes estatales o paraestatales durante la dictadura y la transición democrática en Paraguay, también sostuvo que al menos 59 personas fueron ejecutadas y otras 336 desaparecieron.
Al abandonar el lugar, Almada, señaló emocionado: "este es un momento histórico, que justo se da en el marco del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos".
ARCHIVO DEL TERROR MILITAR
Las Fuerzas Armadas también contaban con numerosos archivos en la época de la dictadura. Fueron descubiertos recientemente, años después del hallazgo del "Archivo del Terror" de la Policía de la Capital.
La agencia de noticias Reuters, destacaba en su informe del 14 de octubre de 2009: "militares paraguayos abren los archivos a víctimas de la dictadura". El Ministerio de Defensa de Paraguay abrió por primera vez sus archivos para colaborar en la investigación de los crímenes cometidos durante la dictadura militar, un hecho calificado como histórico por víctimas del Gobierno de facto.
La mencionada agencia noticiosa agrega que la apertura de los archivos se llevó a cabo gracias a un acuerdo entre el Gobierno y organizaciones de defensa de los derechos humanos, tras un pedido presentado por víctimas de la dictadura al presidente socialista Fernando Lugo.
Para el activista de derechos humanos Martín Almada, premio Nobel Alternativo de la Paz 2002, estos documentos permiten sacar a luz informes sobre militares extranjeros involucrados en el Plan Cóndor, y la represión a campesinos paraguayos considerados subversivos.
Manifestó que el Operativo Cóndor "básicamente fue un plan militar pero los policías de los países involucrados hicieron el trabajo sucio de campo contra los opositores: represión, torturas y muertes". Califica de histórico el descubrimiento porque es la primera vez en la historia de América Latina en que las Fuerzas Armadas abren sus archivos.
El archivo encontrado, unas diez mil carpetas, contiene planificaciones de represiones, datos sobre detenciones, nombres de militares, policías, seccionaleros y funcionarios de la dictadura stronista implicados en esos hechos.
Durante el régimen fueron asesinadas entre tres mil y cuatro mil personas. Hubo igualmente una represión cultural con la persecución a intelectuales y artistas y el cierre de periódicos como Criterio, Péndulo y Época. Stroessner trató de eliminar a todos aquellos que tenían una posición crítica hacia su gobierno.
Las violaciones a los derechos humanos afectaron también a cientos de extranjeros que escapaban de persecuciones en Argentina, Brasil, Chile, Bolivia y Uruguay. En recompensa, la dictadura argentina, durante su guerra sucia, desapareció a 54 ciudadanos paraguayos que se encontraban en la capital federal, Buenos Aires, donde querían protegerse de la represión existente en nuestro país.
Ya en septiembre de 1976, la Liga Internacional por los Derechos Humanos difundió una lista de 203 prisioneros políticos en las cárceles de Paraguay, algunos de los cuales llevaban más de 18 años encarcelados. La lista incluía casos de presos que murieron en las prisiones.
Frente al argumento utilizado de "olvidar todo por la reconciliación de la sociedad", en 1985 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, estableció que "Toda sociedad tiene el irrenunciable derecho de conocer la verdad de lo ocurrido, así como las razones y circunstancias en las que aberrantes delitos llegaron a cometerse, a fin de evitar que esos hechos vuelvan a ocurrir en el futuro."
Los familiares y amigos de las víctimas, los grupos de derechos humanos, y algunos sectores de la sociedad reclaman el conocimiento de la verdad y la aplicación de la justicia como pasos previos a la reconciliación nacional.
ARGENTINA
En el año 2005 el presidente Néstor Kirchner (+27.Octubre.2010) autorizó el pleno acceso a la documentación y base de datos de las fuerzas armadas sobre la represión en la Argentina entre los años 1976 a 1983. Por medio del decreto 825/05, se instruye a la Secretaría de Asuntos Militares a "garantizar el acceso irrestricto a la información sobre los hechos gravísimos ocurridos durante la última dictadura".
El 22 de marzo de 2006, la Ministra de Defensa Nilda Garrés por medio de una Resolución dispone la apertura de tales archivos militares que puedan servir a las investigaciones sobre violaciones de los derechos humanos en ese tiempo.
Por su parte, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, dispuso por decreto el 6 de enero de 2010, la desclasificación de los documentos que detallan las acciones de los militares entre el 76 y el 83. Es en respuesta al pedido de un Juez federal que investiga los delitos de lesa humanidad cometidos en la época.
Esos archivos eran necesarios para avanzar con las investigaciones en el marco de juicios orales por las violaciones a los derechos humanos cometidas por el gobierno de facto. Según un comunicado del Ministerio de Defensa, "la gran cantidad de requerimientos hizo evidente la necesidad de adoptar una resolución integral que evitara dilaciones en la entrega de la información a las causas judiciales".
Las organizaciones de derechos humanos estiman que unas 30.000 personas fueron desaparecidas en este período.
MUERTE DE UN REPRESOR ARGENTINO
El lunes 8 de noviembre de 2010, deja de existir en Buenos Aires el Almirante (SR) EMILIO EDUARDO MASSERA, considerado el cerebro de la represión militar argentina (1976-1983). Tenía 85 años de edad.
Había integrado la Junta Militar que derrocó a la presidenta Isabel de Perón e instauró el terrorismo de Estado en la Argentina. En 1985, Massera, fue condenado a cadena perpetua en el juicio contra las Juntas Militares, por tres homicidios agravados, torturas, privación de libertad, amenazas y robos, violaciones a los derechos humanos.
El 29 de Noviembre de 1990 salió en libertad al ser indultado por el entonces Presidente Carlos Saúl Ménem. Solo cumplió cinco años de su condena.
El 24 de Noviembre de 1998 fue detenido por orden judicial, imputado en las causas abiertas por el Plan Cóndor y el robo de bebés nacidos en cautiverio de madres desaparecidas, únicos delitos excluidos de las leyes de Perdón, siendo beneficiado con arresto domiciliario el 3 de Diciembre del mismo año.
El 7 de Diciembre de 1998 es detenido en otra causa por robo de bebés. El 15 de agosto de 2001 se dispone su detención por apropiación de propiedades de desaparecidos. En diciembre de 2002 sufre un derrame cerebral. En el año 2005 la justicia lo declaró "demente" y suspendió los juicios en su contra.
En Junio de 2009, la Cámara Nacional de Casación Penal ratificó la inconstitucionalidad de su indulto y dejó firme su reclusión perpetua.
En Agosto de 2010, la Corte Suprema de la Argentina ratificó la nulidad de los indultos firmados hace 20 años por Carlos Menem, pero la muerte le ganó de mano a la Justicia. Su muerte se produce en momentos en que era reabierto el juicio por los crímenes que cometió en la Escuela de Mecánica de la Armada ESMA.
SUS ATROCIDADES EN EVIDENCIA
Al "Almirante cero", frío y calculador, se le adjudicó el diseño del plan de exterminio de al menos 30.000 militantes de izquierda y opositores al régimen militar instaurado el 24 de marzo de 1976.
Bajo el mando de Massera funcionaba la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), considerada el mayor centro clandestino de detención y tortura durante el régimen. Por el lugar pasaron unos cinco mil detenidos, de los cuales sobrevive menos de la mitad.
Según varios testimonios, los represores torturaban salvajemente a los secuestrados con métodos variados, para obtener información. Una vez cumplido el propósito, los detenidos eran fusilados o arrojados vivos al mar, desde aviones en los trágicamente apodados "vuelos de la muerte".
"Sobre su tumba caerán los salivazos de la indignación pública como lluvia intermitente", dijo como una profecía años atrás el escritor argentino Osvaldo Bayer, autor del libro "Massera, el genocida".
BRASIL
LOS DOCUMENTOS SE PUDREN
Los archivos de la dictadura militar del Brasil se pudren en un edificio de Brasilia, según la denuncia hecha por el diario Folha de Sáo Paulo el 3 de junio de 2010. El historiador Carlos Fico aseguraba que solo el 5% de los documentos han podido ser estudiados.
El diario se alarma por el estado en que se encuentran los 35 millones de folios de documentos secretos de la dictadura militar brasileña (1964-1985), con riesgo de desaparecer por la humedad y el incendio. "Los documentos de la historia más oscura y triste de Brasil se encuentran allí, en ese viejo edificio que parece más un trastero que un archivo, desde 1999". Los 35 millones de folios están en bolsas de plástico y sin clasificar.
Carlos Fico, catedrático de Historia y director del Departamento de Metodología de la Historia de la Universidad federal de Río de Janeiro, es uno de los mayores investigadores del período de la dictadura militar. Él fue quien dio la primera voz de alarma. "Los documentos corren un serio peligro. Están en un edificio precario, donde no hay posibilidades de que sean clasificados como en un verdadero archivo, como yo mismo he podido observar", dice.
Aparte del estado de conservación de los documentos, Fico y su equipo de investigadores ven casi tan grave la dificultad que hay para acceder a éstos. A pesar de que los papeles comenzaron a ser consultados durante el Gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), ha sido mínimo el avance en la apertura de los archivos en los últimos ocho años, durante los dos mandatos de su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
Los historiadores afirman que solo han podido analizar un 5% de los millones de documentos guardados. Fico señala que le costó cuatro años de trámites burocráticos el poder acceder a uno de esos documentos. Para contener la curiosidad de los historiadores, la Administración se ampara en la ley brasileña de salvaguarda de la honra de las personas que impide la publicación de datos íntimos. Ello es porque los militares, aparte de rellenar los expedientes de los enemigos de la dictadura con información política, daban cuenta de la orientación sexual de los investigados, de sus traiciones matrimoniales, etcétera.
Para Fico el contenido de tales documentos podría revelar una nueva cara de Brasil desconocida, demostrar que no es tan cierto que la dictadura de Brasil fue menos salvaje que la de países como Argentina, a pesar de que hubiera menos muertos y desaparecidos. Terminar con el mito de que los verdugos y torturadores fueron solo los militares, cuando existió una parte de la sociedad civil no solo comprometida con la dictadura sino que participó activamente en la represión y en la tortura.
Fico reclama a los militares brasileños tener coraje para pedir perdón al país por los horrores cometidos durante la dictadura y lamenta que en los libros utilizados en las academias castrenses se siga presentando a la dictadura militar como un bien para el Brasil, con grandes elogios a la misma. Algo similar ocurre en el Paraguay.
En Brasil, cerca de 10.000 ciudadanos han podido probar que sufrieron daños morales y materiales por su lucha contra la dictadura. Al amparo de la Ley de Amnistía de 1979, Brasil nunca juzgó a los responsables de los crímenes de la dictadura militar, con 400 personas entre muertos y desaparecidos.
Apenas asume el cargo, en enero de 2011, la Presidenta Dilma Ruousseff impulsó la aprobación en el Congreso de una Comisión de Verdad, para esclarecer las muertes y desapariciones de la dictadura militar brasileña (1964-1985). Rousseff fue una de las víctimas de la dictadura en su país, a la que combatió en una organización de resistencia armada. Fue presa política durante casi tres años y torturada en prisión por 22 días seguidos.
Su gobierno ha convocado a todas las instancias del Estado a cumplir los compromisos internacionales de derechos humanos asumidos como país. La Corte Interamericana de Derechos Humanos en un fallo pide al Brasil investigar sobre los desaparecidos de la guerrilla de Araguaia.
CHILE
Los peores aplastamientos de los derechos individuales y sociales en el Chile moderno se produjeron durante el régimen militar que encabezó el general Augusto Pinochet, tras el cruento derrocamiento del mandatario socialista Salvador Allende. Los archivos de ese nefasto período son también fuente importante para confirmar la violencia desatada tras el derrocamiento del presidente Salvador Allende en 1973.
Con la masacre desatada por el dictador, en Chile, se calcula que han desaparecido unas tres mil personas, miles más sufrieron torturas y prisión.
No hay otro período en Chile de tan larga y aguda precariedad, de la vida, de las garantías individuales, del acceso a la información, de la libertad de opinión, del derecho a permanecer en la patria, del derecho de petición y de asociación, de la protección de los tribunales de justicia.
En el informe elaborado por las Fuerzas Armadas, entregado a una Mesa de Diálogo cívico-militar que se reunió entre 1999 y 2001, figuraron 200 nombres de detenidos desaparecidos. Todos ellos fueron lanzados al Pacífico, a los ríos y los lagos de Chile o sepultados en lugares ignorados, sobre un total de 1.198 hombres y mujeres. Los cuerpos de las 3.197 personas que desaparecieron en Chile durante el mandato del general Augusto Pinochet nunca serán encontrados. Todo indica que la mayor parte de los asesinados en el fragor del golpe militar de 1973 acabaron en el mar y que sus cadáveres han sido pasto de los peces.
MUSEO DE LA MEMORIA, CON ARCHIVOS DE LA DICTADURA CHILENA
El Museo expone 90.000 archivos del régimen de Pinochet. Registros audiovisuales, grabaciones radiales y dibujos de prisioneros son parte de la muestra. Dibujos y objetos que guardaron prisioneros de las cárceles y campos de concentración a lo largo de Chile. Los mayores antecedentes sobre lo que significó esta represión brutal a gran escala fueron recopilados por dos grupos de trabajo.
Entre 1990 y 1991, la Comisión de Verdad y Reconciliación -más conocida como Comisión Rettig- reunió miles de testimonios y documentos sobre los muertos y desaparecidos. Su trabajo fue completado entre 2003 y 2004 por la Comisión sobre Prisión Política y Tortura -más conocida como Comisión Valech-, que conoció los relatos de las víctimas y los métodos que utilizaron los militares y agentes de la dictadura.
BOLIVIA
FISCALÍA DESCLASIFICA ARCHIVOS DE DICTADURA MILITAR DE 1980
En febrero de 2010, la Comisión de Fiscales presidida por Milton Mendoza comenzó a desclasificar los archivos militares de la dictadura de 1980 para dar con los restos de líderes políticos y sindicales desaparecidos en ese régimen de facto.
Se prometió que el resultado de la investigación se hará público, porque "las partes, el juez y la sociedad a través de este proceso judicial tienen, no solamente el deber, sino el derecho de conocer el contenido de la documentación encontrada", según Mendoza.
Sin embargo, hubo oposición de los militares para sacar a luz dichos documentos. El Ministro de Defensa, Rubén Saavedra, afirmó que la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas impide la desclasificación de los archivos secretos. En ese marco, dijo que los archivos del escalafón de las FFAA y otros de 1980, no podrán ser revelados por la Fiscalía, es decir, seguirán teniendo el carácter de secreto. Para enmendar este vacío jurídico, sugirió que la Asamblea Plurinacional debería aprobar una ley.
Esta situación fue rechazada por el fiscal Mendoza y acusó al comandante general de las FFAA, Ramiro de la Fuente de pretender entorpecer las investigaciones. Hubo protesta de los familiares de las víctimas de la dictadura boliviana, manifestándose frente al Cuartel General de Miraflores en La Paz.
Después de varios meses de aquellos intentos fiscales, en diciembre de 2010, el Presidente Evo Morales anunció que encabezará personalmente la desclasificación de archivos de la dictadura militar de 1980, que se encuentran en un cuartel. Lamentablemente, dijo que por razones de tiempo, este acompañamiento podría hacerlo recién en el transcurso del año 2011.
Agregó que junto a la Fiscalía de Bolivia y familiares de detenidos desaparecidos, ingresará al Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, para desclasificar los archivos del gobierno de facto de Luis García Meza (1980-1981). El ex ministro del Interior, Luis Arce Gómez, ya fue sentenciado a 30 años de cárcel por muertes en el gobierno que participó. Dijo que negociaría su pena a cambio de información sobre desaparecidos.
Decenas de personas fueron muertas y desaparecidas durante los regímenes de facto entre 1964 y 1981. García Meza, fue el último de los dictadores militares que gobernaron Bolivia. Encabezó un sangriento golpe de estado en 1980 en contra de la presidenta Lidia Gueiler. En 1993 fue condenado a 30 años de cárcel sin derecho a indulto, por la violación de derechos humanos. Cumple esta condena desde 1995 cuando fue extraditado de Brasil. Actualmente, con 82 años de edad, buena parte del tiempo pasa en un hospital militar de La Paz donde es tratado de varias enfermedades.
CASO EMBLEMATLICO DE DESAPARECIDOS EN ÑEEMBUCU
LOS HERMANOS BENJAMIN DE JESUS Y RODOFOLFO FELICIANO RAMIREZ VILLALBA
Uno de los hechos más dolorosos de la dictadura de Alfredo Stroessner, uno de los casos más llamativos y resaltantes de los apresamientos de ñeembuqueños durante la dictadura, por las características brutales que rodearon al mismo, lo constituyen la detención, tortura y asesinato (desaparición) de los hermanos Ramírez Villalba.
Varias publicaciones basadas en informes de testigos y El Archivo del Horror, brindan abundantes datos de la tragedia.
El abogado querellante de la familia Ramírez Villalba, coordinador del Área de Derechos Humanos del Comité de Iglesias, Rodolfo Manuel Aseretto, inició la publicación de una serie de libros sobre las víctimas del stronismo.
En su libro "CASO: Hermanos RAMIREZ VILLALBA", Asunción 2004, afirma que ambos soportaron "los más crueles tormentos que un ser humano pueda imaginar..."
Concluye que "luego de permanecer presos, incomunicados, maniatados y engrillados en una pequeña celda del tenebroso local de la policía política a cargo del torturador Pastor Coronel, fueron ejecutados con alevosía y ensañamiento en las propias dependencias del Departamento de Investigaciones. El 21 de septiembre del año 1976, mientras una parte de la ciudadanía celebraba con júbilo la llegada de la primavera, para los hermanos Ramírez Villalba llegaba el último día de sus vidas".
En el libro "Es mi Informe. Los archivos secretos de la policía de Stroessner", (Boccia Paz, Alfredo, y otros, 1994) el caso de los hermanos Ramírez Villalba está incluido con lo ocurrido con Amílcar Oviedo Duarte y Carlos Mancuello. Se los conocía como los cuatro "intocables".
Rodolfo Feliciano nació en Mayor Martínez, el 9 de junio de 1940 y Benjamín de Jesús, nació en Desmochados, el 15 de octubre de 1950, ambas localidades en el departamento de Ñeembucú, Paraguay.
Si bien la detención de ambos ocurre en noviembre de 1974, recién en 1977 el Estado paraguayo reconoce oficialmente el hecho ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
APRESAMIENTO DE LOS CUATRO
Oviedo Duarte (camarada BOCHA) fue apresado en el barrio San Rafael de Asunción y Carlos Mancuello (camarada FLACO), en el barrio Nazareth el 25 de noviembre de 1974. La policía captura ese mismo día a BENJAMIN DEJESUS RAMIREZ VILLALBA (camarada NEGRO), vendedor ambulante y con domicilio en el km 10 Fracción LAS ROSAS de San Lorenzo.
El martes 26 de noviembre, fue detenido su hermano RODOLFO FELICIANO RAMIREZ VILLALBA, en Itá Enramada. Según otra versión, su apresamiento tuvo lugar en Formosa y luego entregado a las autoridades paraguayas dentro del Operativo Cóndor.
La detención de éste se produjo bajo el nombre de CARLOS RAMIREZ BLANCO (camarada TATO), como "jefe de la célula" que supuestamente integraban los cuatro mencionados, y "responsable del aspecto militar y enlace del Dr. AGUSTIN GOIBURU y de ANGEL FLORENTIN PEÑA", como consta en el Archivo del Terror.
Durante varias semanas los informes policiales hablarían de Carlos Ramírez Blanco sin percatarse de que en realidad se trataba de RODOLFO RAMIREZ VILLALBA, hermano de Benjamín. En los archivos puede comprobarse que el Departamento de Investigaciones poseía información sobre el mismo desde, por lo menos, cinco años antes.
Un registro de la Policía de la Capital del 6 de Octubre de 1969, menciona un "informe confidencial", el cual textualmente expresa: "INFORMANTE: Andrés Villalba, domiciliado en la casa N° 1223 de la calle Azara, empleado de la Facultad de Ciencias Económicas (...) informa: Que tiene un primo hermano llamado RODOLFO RAMIREZ VILLALBA, afiliado al Partido Comunista, viajó a Cuba donde permaneció un año, habiéndose especializado en guerrilla; es natural de Villalbín, jurisdicción de Desmochados, departamento de Ñeembucú, cuenta actualmente 28 años, es de cutis blanco, de 1,80 metros de altura aproximadamente (...)".
Andrés Villalba es hijo de Francisco Villalba, es decir, primo hermano de Rodolfo y Benjamín. La dictadura intentaba vincular a los detenidos con organizaciones comunistas, terroristas, el MOPOCO (Movimiento Popular Colorado) también tildado de comunista, el Movimiento Paraguayo de Liberación (MOPAL), grupos guerrilleros de la Argentina y del Uruguay, como el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y los Tupamaros, entre otros.
"Comunistas" y "subversivos" eran apresados y torturados sin misericordia para arrancarles "confesiones" de su supuesta participación en acciones "terroristas" y de conspiración contra la dictadura. ("el Gobierno democrático y anticomunista de Alfredo Stroessner", en la expresión de los torturadores).
Los cuatro detenidos estuvieron recluidos en la Guardia de Seguridad en 1975. A mediados de ese año volvieron a Investigaciones, como consta en un informe del 6 de Junio del Director de Política y Afines, Francisco Bogado F.
Todas las documentaciones encontradas sirvieron de prueba en los juicios contra los jefes policiales paraguayos querellados por los familiares de los desaparecidos después del golpe de estado del 1989. El "desconocimiento" de su presencia en Investigaciones, se derrumbó el mismo día en que aparecieron los archivos policiales, el Archivo del Terror.
"DESAPARECIDOS"
En Septiembre de 1976, el Departamento de Investigaciones se llenó de detenidos políticos vinculados al caso de la Organización Política Militar (OPM). Ese mes casi todos fueron trasladados a la prisión de Emboscada, convertida en campo de concentración. Sin embargo, Oviedo, Mancuello, Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba, no saldrían de Investigaciones.
Alguna "orden superior" que no quedó registrada, indicó la ejecución de los cuatro. La policía intentó cubrir el hecho como una supuesta evasión.
Así reza un informe elevado el 22 de septiembre de 1976 al Jefe de Investigaciones Pastor Coronel.
La comunicación está firmada por el oficial inspector Celso Cantero T., Comandante de Cuartel del D-3, quien habla de "la novedad tras registrar la revisión de la celda donde se encontraban recluidos los cuatro".
Constata supuestamente la violación del candado de la celda y la evasión de los siguientes detenidos: AMILCAR MARIA OVIEDO DUARTE, CARLOS JOSE MANCUELLO BAREIRO, BENJAMIN DEJESUS RAMIREZ VILLALBA Y RODOLFO FELICIANO RAMIREZ VILLALBA. En el libro de registro de "Entrada y Salida de Detenidos", el espacio de "Salida" fue dejado en blanco en los casos de los hermanos Ramírez Villalba y de Amilcar Oviedo: En el caso de Carlos José Mancuello, se consigna: "fugado".
En contradicción a la historia oficial, el Comisario Inspector Eliodoro Sánchez escribe a Pastor Coronel una nota breve a las siete de la mañana del día 22 de septiembre de 1976: "Comunico a esa Superioridad que durante mi servicio de Oficial de Ronda de la Unidad, establecida desde las 19 horas del día de ayer a las 7 horas del día de hoy NO SE REGISTRO NOVEDAD DIGNA DE MENCIONAR." [Las mayúsculas son del original].
INGRESO DE JEFES FUE REGISTRADO
En el libró de novedades figura que ese día, el 2l de septiembre de 1976, a las 17.30 hs. hizo su entrada a Investigaciones Pastor Coronel y cuarenta y cinco minutos después lo hacía el Director de Política, lo que confirmaría su presencia para la ejecución de los cuatro. A la medianoche se hace cargo de la guardia el Oficial Segundo Jorge Pane.
LA NOCHE FINAL, LA EJECUCIÓN DE LOS CUATRO
Julio Ramírez Vázquez, sobrino de ambos ñeembuqueños, comenta la versión que la familia tiene de esa terrible noche: "El 21 de septiembre de 1976, como "un regalo", el ministro del Interior Sabino Augusto Montanaro recibe los cadáveres de Rodolfo y Benjamín, Amilcar Oviedo y Carlos Mancuello. "Los torturadores mataron primero con una pistola a Mancuello, y después a Oviedo quien intentó en vano escaparse por una escalera, fue una cacería humana", asegura.
"Luego fueron a la búsqueda de mis tíos, quienes por efecto de las torturas estaban tirados en el suelo sin posibilidades de defenderse. Son estrangulados con un palo y alambre atado al cuello. Ya muertos son arrastrados hasta las autoridades que estaban en Investigaciones, para la entrega del "obsequio" a Montanaro".
Con horror comenta el conocimiento que la familia tuvo del sadismo con que por meses, actuaron los torturadores. Asimismo, que les contaron que durante el largo cautiverio de sus tíos, en las sesiones de torturas, se vio la presencia de varias autoridades, entre ellas la del propio Alfredo Stroessner.
Uno de los que atestiguan de la presencia de Stroessner y su contacto con los hermanos Ramírez, es Luis Alberto Wagner, dirigente del liberalismo, quien tras su apresamiento estuvo también en el Departamento de Investigaciones. En su declaración testifical ante la justicia, manifiesta que Stroessner interrogó a los hermanos Ramírez, a Oviedo y Mancuello, en el despacho de Pastor Coronel, respecto a una supuesta conspiración para asesinarlo.
Recuerda haber visto por primera vez a Rodolfo Ramírez Villalba cuando era llevado al despacho de Pastor Coronel, escucharon los gritos y pedidos de piedad cuando estaba siendo brutalmente torturado.
Al término de la sesión de torturas fue sacado desvanecido del despacho che Pastor Coronel, y llevado a la misma pieza en que estaba Amílcar Oviedo inmóvil y ensangrentado.
Los dos hermanos eran los más maltratados por los torturadores de la policía, fueron vistos por Wagner "con marcas de torturas en los tobillos, muñecas, palma de las manos, espaldas, en el pecho, en la cabeza: en fin, no existía una sola parte del cuerpo de los hermanos Ramírez Villalba libre de las atrocidades de los torturadores". Vio también el cuerpo inmóvil, sanguinolento, prácticamente muerto de Rodolfo Ramírez Villalba, tirado en el pasillo que conducía al lugar de la pileta.
En otra parte de su testimonio, Luis Alberto Wagner dice lo siguiente: "Estando recluido en Emboscada recibimos la información que a los cuatro que siguieron después detenidos, es decir RODOLFO Y BENJAMIN RAMIREZ VILLALBA, AMILCAR OVIEDO Y CARLOS MANCUELLO, se les había aplicado la "ley de fuga", es decir fueron asesinados, en la noche del 21 de septiembre del año 1976 en propia dependencia de Investigaciones. Es más, en una ocasión al consultarle al policía Agustín Belotto (uno de los torturadores) sobre la suerte corrida por estos cuatro compañeros de reclusión me respondió QUE NO QUERIA RECORDAR ESE CASO PORQUE ERA MUY TRISTE". (ASERETTO, Rodolfo Manuel. "CASO: Hermanos RAMIREZ VILLALBA" Asunción, diciembre 2004).
OTRO TESTIMONIO
La doctora Gladys Meilinger de Sannemann, encarnacena, también víctima de la dictadura, autora del libro "PARAGUAY EN EL OPERATIVO CONDOR" (Asunción 8 de agosto 1989), menciona haberlos visto en el año 1976.
La misma fue detenida en Posadas, Argentina el 24 de marzo de 1976, entregada a la policía paraguaya en Encarnación, dentro del Operativo Cóndor en la noche del 28 de Julio del mismo año. Le "hospedaron" en el tercer piso de Investigaciones, desde donde podía ver a los demás presos y enterarse que también se encontraban Rodolfo y Benjamín, compartiendo una celda más arriba con Carlos José Mancuello y Amílcar María Oviedo Duarte.
Ella hace una descripción desgarrante del estado en que los cuatro se encontraban: "Se los veía con la piel color cetrino, delgados y con visibles cicatrices, a raíz de las bestiales torturas sufridas. Eran llamados por el resto de los detenidos "los intocables", porque sufrían rigurosa incomunicación entre los incomunicados. Carecían de camisas y lucían el torso desnudo".
LOS VIO, CAMINO A LA MUERTE
Gladys de Sannemann fue una de las últimas personas que vieron vivos a los cuatro cuando eran llevados junto a Pastor Coronel momentos antes de que fueran asesinados en Investigaciones. Afirma estar segura del trágico fin que tuvieron.
Escribe: "A Rodolfo Ramírez Villalba lo he visto caminando hacia las habitaciones de Pastor Coronel el 21.09.76 a las 07.00 hs. por última vez" (pág. 98), y a Benjamín Ramírez Villalba, "lo he visto salir de su celda hacia las habitaciones delanteras por última vez a las 06.00 hs. del 21.09.76". Del mismo recuerda que fue "torturado bestialmente hasta quedarse totalmente inconsciente".
También vio a Carlos Mancuello y Amílcar Oviedo cuando ese mismo día fueron llevados junto a Pastor Coronel. Más tarde se entera de su desaparición.
"OPAMA UPÉ CASO"
La señora Fabriciana Villalba de Ramírez, madre y Julio Darío Ramírez hermano, respectivamente de Rodolfo y Benjamín, se enteraron un día de la presencia en Pilar del sacerdote pilarense Ramón Mayans, estrechamente ligado a Stroessner. Fueron a visitarlo para pedir informes acerca de los detenidos.
Julio Ramírez Vázquez, dice haberse enterado por su padre que durante la mencionada visita, el pa'i Mayans tenía un arma en su cintura y que les recibió de muy mala gana, muy disgustado.
Como respuesta al quebranto de doña Fabriciana, el religioso que ostentaba mucho poder en la dictadura, en guaraní expresó: "Umía ja ohoma. Opama upe caso" (ellos ya se fueron, este caso ya está terminado). Julio Ramírez V. señala que a partir de esa visita su abuela ya dejó de buscar a sus dos hijos desaparecidos. "Nunca se cansó de hacerlo, desde el momento que tuvo noticia de la detención de sus dos hijos. Lo poco que tenía vendió para costear sus viajes a Asunción y recorrer todas las dependencias policiales, y los parientes que tenía".
"Esta búsqueda continuaba inclusive hasta después del asesinato de Rodolfo y Benjamín, creyendo que seguían vivos en alguna comisaría", pero el Padre Mayans prácticamente confirmó que ya estaban muertos y que debían de parar su búsqueda.
Rodolfo y Benjamín fueron hijos de Viviano Ramírez y Fabriciana Villalba hermana de León Villalba, Delegado de Gobierno de Ñeembucú hasta 1970, trasladado al Alto Paraguay, Chaco, por decreto N° 10.004 del Poder Ejecutivo.
De acuerdo con los informes obtenidos por la familia, las primeras denuncias contra ambos salieron de su pueblo natal Villalbín, 60 km al sur de Pilar, y después desde la seccional colorada de Pilar, siendo tildados de "comunistas" y de pertenecer al MOPOCO (Movimiento Popular Colorado).
LA DEMANDA EN ASUNCIÓN
El 8 de Noviembre de 1989, meses después del derrocamiento de Alfredo Stroessner, Julio Darío Ramírez Villalba promueve querella criminal por los supuestos delitos de secuestro, privación ilegítima de libertad, abuso de autoridad, torturas y doble homicidio, en perjuicio de sus hermanos Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba.
Solicita se admita la querella criminal promovida en contra de los siguientes represores;
- Pastor Coronel (Jefe de Investigaciones)
- Comisario Alberto Cantero (Jefe de la división de asuntos políticos del departamento de Investigaciones)
- Los oficiales Lucilo Benítez, Camilo Almada Morel, Juan Martínez, Agustín Belotto Vouga y Eusebio Torres.
- General Benito Guanes Serrano (Jefe de inteligencia militar, preso durante corto tiempo)
- Gral. Alcibíades Brítez Borges (Jefe de Policía de la capital) (+)
El 15 de enero de 1993 el Juzgado de Primera Instancia en lo Criminal del Cuarto Turno resuelve ampliar el sumario en contra de Benito Guanes Serrano y Alfredo Stroessner Matiauda por los "supuestos delitos de secuestro, privación ilegítima de libertad, abuso de autoridad, torturas y doble homicidio" y decreta la prisión preventiva de los mismos.
El 1 de Septiembre de 1999, el Juez de Primera Instancia en lo Criminal del 4° Turno de Asunción, Rubén Darío Frutos Ortiz, calificó la conducta delictiva de los procesados. Condena a Pastor Coronel a sufrir pena privativa de libertad por el término de 25 años. Los demás encauzados por el término de 12 años y seis meses. Dicho fallo, igualmente estableció la responsabilidad civil de los condenados.
El 5 de Junio de 2001, el Juez Penal de Liquidación y Sentencia N° 3, Carlos Escobar, resuelve solicitar la extradición de Alfredo Stroessner, por los hechos de secuestro, privación ilegítima de libertad, abuso de autoridad, torturas y doble homicidio, como autor intelectual o moral de "los hechos criminales que costaran la vida de los hermanos Rodolfo Feliciano y Benjamín de Jesús Ramírez Villalba, el 21 de Septiembre de 1976".
También se ordena la captura del ex ministro del Interior Sabino Augusto Montanaro, como responsable de la sangrienta represión en la dictadura.
Montanaro era uno de los hombres más temidos de la dictadura. Retumba aún en el recuerdo de las víctimas su famosa expresión "Tuerca, tuerca, tuerca", su orden para aumentar las torturas contra los detenidos políticos.
Los pedidos de extradición contra Stroessner y Montanaro, nunca fueron atendidos por los gobiernos de Brasil y Honduras, donde estuvieron exiliados.
El ex ministro del Interior retornó a Paraguay el 1 de mayo de 2009, después de vivir exiliado durante 20 años en Tegucigalpa, Honduras.
La justicia paraguaya lleva actualmente varias causas en su contra. Uno de los procesos es el caso de los hermanos Ramírez Villalba.
SENTENCIA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
El 22 de septiembre de 2006, la Corte Interamericana de Derechos Humanos se pronuncia en el "Caso Goiburú y otros" declarando por unanimidad en su parte resolutiva: "La violación por parte del Estado Paraguayo de los derechos a la vida, a la integridad y libertad personal consagrados en la Convención Americana sobre los derechos humanos".
Resuelve admitir el reconocimiento internacional efectuado por el Estado paraguayo de violación de los derechos a la libertad personal, integridad personal y vida consagrados en la Convención, en perjuicio de Agustín Goiburú Giménez, Carlos José Mancuello Bareiro, Rodolfo Ramírez Villalba y Benjamín de Jesús Ramírez Villalba.
Responsabiliza al Estado paraguayo por la el arresto, tortura y desaparición de los hermanos Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba (de Ñeembucú), del médico Agustín Goiburú Giménez y Carlos José Mancuello Bareiro.
La sentencia se dio a conocer oficialmente el martes 17 de octubre de 2006, más de una década después de iniciado el proceso.
La acusación fue hecha por el Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencia CIPAE, a través del titular del área de Derechos Humanos Rodolfo Manuel Aseretto.
Exige que el Estado paraguayo indemnice a las mencionadas víctimas y a sus familiares, por un monto total de novecientos ocho mil dólares estadounidenses, más las costas del juicio; la realización de otras acciones de desagravio en forma pública, el reconocimiento de la responsabilidad del Estado en los graves hechos denunciados, dar un tratamiento médico y psicológico adecuado a víctimas y familiares, así como construir un monumento en memoria de los desaparecidos.
En el análisis realizado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos se concluye que "los familiares también sufrieron un fuerte impacto emocional y psicológico debido a la desaparición de dichas personas", por lo que ordena el pago de una compensación por daño inmaterial, conforme a equidad, a cada una de las víctimas y a sus familiares.
Para la Corte, "el daño inmaterial puede comprender tanto los sufrimientos y las aflicciones causados a la víctima directa y a sus allegados, el menoscabo de valores muy significativos para las personas, así como las alteraciones, de carácter no pecuniario, en las condiciones de existencia de la víctima o su familia".
La Corte confirma "una situación generalizada de impunidad de las graves violaciones a los derechos humanos", en el Paraguay. Y que el Gobierno, utilizando el estado de sitio creó "un clima de inseguridad y de temor que lesionaba ostensiblemente la observancia de los derechos humanos".
TESTIMONIOS PARA LA CORTE INTERAMERICANA
DECLARACIÓN DE TULIO DARIO RAMIREZ VILLALBA
En la sección de PRUEBA DOCUMENTAL, se inserta la declaración de JULIO DARIO RAMIREZ VILLALBA, hermano de Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba, mayo de 2006.
Julio Darío Ramírez Villalba declara que sus hermanos eran demócratas, afiliados al Partido Colorado, y que simpatizaban con el MOPOCO" (Movimiento Popular Colorado). Asegura que Rodolfo fue capturado en la provincia argentina de Formosa y luego trasladado a Asunción.
Sostiene que desde el primer momento de su detención, sus hermanos fueron sometidos a todas clases de torturas en el Departamento de Investigaciones. Sobre su desaparición menciona el comentario de otros ex - presos políticos, de que a sus dos hermanos se les aplicó la ‘ley de fuga’, que en la jerga penitenciaria significa que fueron asesinados o ejecutados.
Julio Ramírez y su madre doña Fabriciana visitaron numerosas instituciones en Asunción para tratar de encontrarlos, pero nunca recibieron una información oficial de las autoridades paraguayas acerca de lo que pasó con ellos. Observa que, una vez caída la dictadura promovió una querella judicial.
Estuvieron inicialmente en el Departamento de Investigaciones de la policía de la capital, donde les dijeron que sus hermanos no se encontraban detenidos en dicha dependencia y que desconocían supuestamente todo lo relativo a su detención. También estuvieron en el Ministerio del Interior, en la Central de la Policía de la capital, Comisarías y Delegaciones de Gobierno, sin resultado.
Recurrieron a varias embajadas e instituciones religiosas buscando apoyo para ubicarlos. Julio afirma que las instituciones del Estado nunca reconocieron que los tenían detenidos e incomunicados a sus hermanos. Tampoco encontraron colaboración o preocupación de parte de los gobiernos que se sucedieron en el poder tras la caída del dictador Stroessner.
"QUE DEJEN DE JODER"
Ante tanta insistencia y gestiones por todas partes, Julio Darío y la señora Fabriciatia fueron finalmente advertidos en el Departamento de Investigaciones que paren la búsqueda. Les dijeron que "dejaran de joder", que no molesten más, ni recurran más a las comisarías u otras instituciones del Estado, embajadas o iglesias, porque podrían correr igual suerte que la de los dos hermanos.
Julio Ramírez insiste en que las autoridades paraguayas tanto civiles como policiales y militares siempre manifestaron desconocer todo lo relativo a la detención de sus hermanos, por lo que nunca pudieron encontrarles.
Sobre la afirmación realizada en el sentido de que sus hermanos fueron brutalmente torturados, dice que se basa en el testimonio de ex presos como Juan Balbuena, Alberto Alegre Portillo y Gloria Stragó, quienes relataron que sus hermanos "fueron torturados por los policías de dicho Departamento en forma bestial e incomprensible para el entendimiento humano".
LA ÚLTIMA VEZ QUE VIO A SUS HERMANOS
En su Testifical dijo que a Rodolfo lo había visto en el año 1973, en una cena, donde comentó que estaba trabajando como técnico en una compañía de perforación petrolífera en Argentina, pero nunca le habló de su actividad política. A Benjamín lo vio por última vez en 1970 cuando decidió trasladarse a la Argentina con el objeto de estudiar, ya que se desempeñaba como contador público y anhelaba el doctorado.
La desaparición de Rodolfo y Benjamín, afectó a su familia en el orden económico, física y emocionalmente. Para buscarlos tuvieron que desprenderse de muchos bienes, privándose de alimentación y salud adecuada.
RECHAZADOS POR LA SOCIEDAD
En la declaración para la Corte Interamericana, Julio Ramírez agrega que una de las cosas más dolorosas por las que pasaron se refiere al rechazo que percibieron dentro de la comunidad pilarense. "Nadie nos quería dar trabajo por temor a contactar con nosotros. Sentimos el rechazo y la indiferencia de la sociedad. Nos quedamos casi sin amigos, todos tenían miedo de contactar con nosotros, y conste que éramos y somos buenas personas. Moral, física, psíquica y económicamente quedamos por el suelo. El daño que nos hicieron es muy grande en todo sentido, no tiene límites ni medida", expresa Julio Ramírez en su testimonio.
RECLAMO DE JUSTICIA
También solicita que se condene a los responsables de las torturas y desapariciones, que el Estado utilice todos los medios para encontrar los restos de sus hermanos, que se indemnice en forma justa a todos los hermanos y a todos los familiares que sufrieron las consecuencias de la desaparición de ambos, que el Estado públicamente asuma su responsabilidad, que se brinde apoyo médico y psicológico gratuito a todos los familiares de las víctimas y que el Estado ubique a la señora María Magdalena Galeano Rotela, concubina de su hermano Benjamín, y la indemnice.
DECLARACIÓN DE MARIA MAGDALENA GALEANO ROTELA
En su declaración para la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la compañera de Benjamín Ramírez Villalba dijo que éste fue detenido en plena vía pública en Asunción, por hombres fuertemente armados. Ella fue apresada en el allanamiento que hizo la Policía en la casa donde vivían juntos. La testigo señala que dichas personas irrumpieron en su casa, la tomaron de la cabellera y la sentaron luego al lado de su compañero dentro de un automóvil.
Fueron conducidos al Departamento de Investigaciones, donde Benjamín Ramírez comenzó a ser torturado, sus gritos estaban siendo escuchados por María Magdalena, y le torturaron también frente a ella.
Seis meses después de su detención fue sometida en presencia de su compañero Benjamín Ramírez Villalba a torturas con golpes de sable, le arrojaron agua helada y la amenazaron con ser violada sexualmente. Esa fue la última vez que vio a su pareja.
OTROS TESTIGOS
El mencionado organismo internacional recibió también la declaración testifical de la doctora Gladys Meilinger de Sannemann, del ex diputado (1989/1993) Ricardo Andrés Lugo Rodríguez, de los periodistas y analistas políticos Alfredo Boccia Paz y Antonio Valenzuela Candia, ex presos políticos de la dictadura.
Según Boccia Paz, el comisario Lucilo Benítez, condenado por tortura, confirmó en una declaración indagatoria que a los cuatro les fue aplicada la "ley de fugas", la orden de que debían ser eliminados, denunciándose supuesto intento de fuga. Que el oficial Jorge Pane Zárate, del Departamento de Investigaciones, tras descubrirse el archivo del terror, relata que los cuatro "se encontraban bajo las órdenes directas y exclusivas de Alfredo Stroessner y Pastor Coronel".
Lugo Rodríguez relata que los hermanos Ramírez y Carlos Mancuello fueron maltratados por el mismo Pastor Coronel con objetos contundentes, garrote y su propio teyúruguay. La última vez que los vio con vida fue el día 13 de agosto de 1975; después supo que en septiembre de 1976, se los ultimó en el Departamento de Investigaciones.
REPERCUSIÓN DE LA SENTENCIA
El abogado Martín Almada, Premio Nobel Alternativo de La Paz 2001, destaca la jurisprudencia de la Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la investigación sobre el Operativo Cóndor: "El Plan Cóndor dejó un saldo de más de cien mil muertos y desaparecidos en la región, de modo que la Sentencia, que Paraguay está obligado a cumplir, es más que trascendente".
En opinión del Monseñor Mario Melanio Medina, Obispo de Misiones y Ñeembucú y presidente de la Comisión Verdad y Justicia, "la condena es una buena lección para el Estado, y un aliciente para los familiares de las víctimas. Este fallo es un gran triunfo contra la violencia y las desapariciones que ha habido en el Paraguay".
ESTADO INCUMPLE SENTENCIA DE LA CORTE
El Estado paraguayo no ha cumplido en su totalidad lo dispuesto por la Sentencia de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos en los casos Benjamín y Rodolfo Ramírez Villalba, Carlos Mancuello y Agustín Goiburú.
Para el abogado del Comité de Iglesias, Rodolfo Manuel Aseretto, la situación se torna más preocupante en razón de que varias víctimas y sus familiares ya se encuentran con avanzada edad y algunos con serios y graves problemas de salud. Falta cumplir con las indemnizaciones completas, búsqueda y sepultura, acto público de reconocimiento, tratamiento físico y psicológico para los familiares de las mencionadas víctimas de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). (ABC Color, 26.septiembre.2010).
Familiares de los hermanos Ramírez Villalba confirman esta denuncia. Según Julio Ramírez Vázquez el Estado "apenas ha cumplido con una cuarta parte de lo que tiene que indemnizar". Acerca de los actos de resarcimiento moral de los que habla la Sentencia de la Corte "ni hablar, principalmente porque siguen en varias instancias del poder los representantes del Partido Colorado que continúan sosteniendo que la dictadura de Stroessner fue lo mejor que tuvo el Paraguay".
PASO TRASCENDENTAL
El 22 de diciembre de 2010, entra en vigencia la Convención Internacional para la Protección de las Personas Víctimas de Desaparición Forzada. 21 países, entre ellos el Paraguay, han completado hasta ahora el proceso de ratificación de la misma, incorporándola a sus respectivas legislaciones.
Entre los compromisos que se asumen al ratificar esta Convención figuran el de investigar el paradero de las personas desaparecidas, perseguir a los responsables y garantizar una reparación para sus familias.
Se trata de un avance importante en materia de derechos humanos. Pero sigue siendo un problema ampliamente extendido.
En todas las regiones del mundo continúan las desapariciones forzadas de personas. También, persisten los centros de detención secretos y secuestros, por parte de agentes estatales, de disidentes políticos y personas acusadas de terrorismo, así como de acoso a los familiares de desaparecidos, y una impunidad generalizada.
En el Paraguay, la etapa más dramática y dolorosa en materia de personas desaparecidas, fue sin duda alguna, la época de la dictadura stronista.
BIBLIOGRAFÍA
FUENTES CONSULTADAS
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Revista VIDA (UH 2010)
INTERNET: Consultas sobre:
Poemas y canciones de y sobre víctimas de dictaduras del Cono Sur
Sentencia Corte Interamericana de Derechos Humanos (Septiembre 2006)
Operativo Cóndor
Archivos del Terror de las dictaduras del Cono Sur - Nunca Más.
Caso Hermanos Ramírez Villalba.
Informe Comisión de Verdad y Justicia, Paraguay 2008
Revista Radio Patria Soñada, FROSEP, Mayo 2008, editor Gustavo Rodas.
Entrevistas realizadas por el autor: Julio Ramírez Vázquez
Adolfo Vallejos
Alcides Rivas Rivas
Rosalino Velazco Flor
Felipa Velazco Flor
Serviliano Talavera
Hugo Derlis Villalba Sánchez
Santiago Brizuela
Onofre Mancuello
RP Ottorino Zamboni
Norma Aquino de Romero
Relato (2009) Jorge Sánchez Villa (+)
ANEXO
DELEGADOS DE GOBIERNO DE LA DICTADURA EN EL DEPARTAMENTO DE ÑEEMBUCÚ
1. LEÓN VILLALBA, en reemplazo de FRANCISCO GENES. Decreto N° 15.346, 21 de octubre de 1955.
2. JUAN RUÍZ DÍAZ, en reemplazo de LEÓN VILLALBA, trasladado al Alto Paraguay (Chaco). Decreto 10.004, 23 de enero de 1970. LEÓN VILLALBA se jubila el 11 de febrero de 1976.
3. Dr. JUAN CRISÓSTOMO GAONA (alias "COCO" GAONA), en reemplazo de JUAN RUIZ DÍAZ, designado Delegado de Gobierno de Misiones, donde venía ejerciendo. Decreto 31.083, 20 de febrero de 1973.
4. Dr. JOSÉ DOMINGO DURÁN, en reemplazo del Dr. JUAN CRISÓSTOMO GAONA (tras ser rechazado por la población de Pilar). Decreto 31.546, 20 de marzo de 1973.
5. Dr. FABIO LÓPEZ DUARTE, en reemplazo del Dr. JOSÉ DOMINGO DURÁN. Decreto 17.792, 17 de septiembre de 1975.
6. ANDRÉS JULIO GUTIÉRREZ, en reemplazo del Dr. FABIO LÓPEZ DUARTE quien renunció. Decreto 5.660, 6 de abril de 1979.
7. Dr. CÉSAR BENÍTEZ BOGADO, en reemplazo de ANDRÉS JULIO GUTIÉRREZ. Decreto 9.3 11, 10 de abril de 1985.
8. JOSÉ F. MARTINI ODDONE, en reemplazo del Dr. CÉSAR BENÍTEZ BOGADO. Decreto 21.635, 28 de abril de 1987.
9. Dr. MARIO SOTO ESTIGARRIBIA, en reemplazo de JOSÉ F. MARTINI ODDONE, quien renunció. Decreto 23.140, 17 de Julio de 1987.
SOTO ESTIGARRIBIA es destituido por decreto 490, 17 de marzo de 1989, tras el golpe de Estado del 2 y 3 de febrero de ese año.
El primer Delegado de Gobierno del Ñeembucú en el comienzo del proceso democrático fue el Profesor FABIO INSFRÁN RUÍZ DÍAZ (+ 2010).
Fuente: Archivo Central, Ministerio del Interior. Gentileza de la Doctora NILDA ALVARENGA.
INDICE
PRÓLOGO. HUGO ODDONE
INTRODUCCIÓN. EL AUTOR
I. PAZ Y PROGRESO: LA DICTADURA DE ALFREDO STROESSNER
II. EL MIEDO NO TERMINA. ENTREVISTA A ALCIDES RIVAS RIVAS
III. LOS ARCHIVOS DEL TERROR: HERENCIA DE LAS DICTADURAS MILITARES DE AMÉRICA.
IV MENSAJE DESESPERADO. LOS HERMANOS VALLEJOS SERVÍN.
ENTREVISTA A ADOLFO VALLEJOS. FICHA POLICIAL
ELOY ARRÚA ORTIZ.
V EN LAS GARRAS DE LA MUERTE... EL OPERATIVO CÓNDOR
VI. NO AL OLVIDO... ENTREVISTA A HUGO DERLIS VILLALBA SÁNCHEZ.
VII. SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI IGLESIA...
LA IGLESIA Y LA DICTADURA.
VIII. LA IGLESIA EN EL INTERIOR DEL PAÍS. LA DIÓCESIS DE SAN JUAN BAUTISTA. LA IGLESIA EN ÑEEMBUCÚ.
IX. EN LAS GARRAS DE PASTOR CORONEL. ENTREVISTA A SERVILIANO TALAVERA.
X. LA TORTURA DE LA GENTE, MI TORTURA. ENTREVISTA A ROSALINO VELAZCO FLOR Y A FELIPA NERI VELAZCO FLOR.
XI. SECCIONAL COLORADA DE PILAR. LOS CANES DE STROESSNER EN ACCIÓN. ENTREVISTA A ONOFRE MANCUELLO.
XII. GRANDE LECO.... HOMENAJE PÓSTUMO A MÁXIMO JORGE SÁNCHEZ VILLA.
XIII. SEMBRADOS EN LA TIERRA... HERMANOS BENJAMÍN DE JESÚS Y RODOLFO FELICIANO RAMÍREZ VILLALBA.
XIV DICTADURA, NUNCA MÁS. LOS NUNCA MÁS DE AMÉRICA.
ANEXO. DELEGADOS DE GOBIERNO DE LA DICTADURA EN ÑEEMBUCÚ.
BIBLIOGRAFÍA
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